El valle de Uravía: Yacimiento arqueológico
El valle de Uravía, joya paisajística natural de extraordinaria belleza, se encuentra ubicado en las faldas del cerro Puntas, en la parte baja de la parroquia de Checa, Distrito Metropolitano de Quito, a unos cincuenta kilómetros de la ciudad capital. El nombre de Uravía viene de la unión de dos vocablos distintos, en ese mestizaje lingüístico tan propio de nuestros pueblos; por un lado, ”ura”, que viene del quechua y significa abajo, y por otro, “vía” que está en español, por lo que Uravía significa “la vía o el camino de abajo”. El valle de Uravía es un gran yacimiento arqueológico que conserva parte de nuestra memoria histórica prehispánica, ya que albergó en sus cálidas y acogedoras playas a los Incas, hace más de quinientos años, cuando invadieron el valle, desplazando a la tribu de los Chilpes, que fueron los primeros habitantes de Checa. Para acceder al milenario valle, los aborígenes del sector construyeron parte del “camino real”, más conocido como Qhapaqñan, que fue la principal vía de comunicación del imperio inca, y que obligatoriamente debía cruzar todo el valle, para continuar en su viaje hacia el norte, hasta llegar a la ciudad de Pasto en Colombia, limite norte del Tahuantinsuyo. En la mitad de este hermoso valle, existe una loma o tola de gran tamaño, que es conocida desde tiempos inmemoriales por los lugareños, como “Culquiloma, o “loma de plata”, nombre que sugiere la existencia de un fabuloso tesoro en sus entrañas. A la loma se llega únicamente a través de un pequeño y sinuoso “chaquiñán”, lo que ha evitado su depredación por parte de los permanentes buscadores del tesoro perdido de Atahualpa. La parte alta de la loma fue utilizada ancestralmente como un cementerio indígena, que se conserva intacto hasta la actualidad, en el que existen muchas tumbas, distribuidas en forma de círculos, donde los aborígenes enterraban a sus seres queridos, junto con sus objetos de valor, sus mascotas y comida suficiente para el viaje final. Este camposanto inmemorial debe ser preservado en su integralidad, por respeto a nuestros ancestros, ya que forma parte de nuestra memoria histórica incaica y preincaica. A un costado de esta loma sagrada, hay una gigantesca piedra que está permanentemente custodiada ´por unos grandes árboles centenarios, y que, según las leyendas de los moradores del sector, cubre el túnel de acceso al interior de la loma que supuestamente es hueca y contiene muchos tesoros incaicos, que estarían guardados en estas enormes cuevas volcánicas, formadas por la gran erupción del cerro Puntas, ocurrida hace miles o millones de años. La ficha de inventario del valle de Uravía, elaborada por el Instituto Nacional de Patrimonio Cultural (INPC) en el año 2009 y actualizada en estos días, confirma que el valle es un yacimiento arqueológico, por lo que forma parte del Sistema de Información del Patrimonio Cultural del Ecuador, SIPCE, código no. AY-17-01-59-000-09-000005, por su gran concentración de restos arqueológicos y paleontológicos, y que, según los técnicos del INPC, corresponden al Periodo de Integración (500 d.C. a 1500 d.C.) y sugieren establecer un museo “in situ”, a fin de poner en valor las piezas arqueológicas encontradas en este valle inmemorial, para conocimiento de nuestras futuras generaciones.
Alfonso López Jaramillo
Señor Virgilio Hernández: ¡razone!!!
Me parece que es mucho pedir, ya que usted pertenece a un grupo político que se ha caracterizado por mostrar claramente que está divorciado del razonamiento.
Todas las reacciones que muestran en público exhiben exactamente las mismas características: mucha alharaca, muy poco contenido, y una falta de razonamiento espantosa. Tenemos a doña Pamela Aguirre alardeando del funcionamiento de Coca Codo Sinclair al 100 por ciento, doña Sofía Espín vaticinando que la erosión regresiva del río Coca no afectaría a la Central Hidroeléctrica, o a Doña Paola Cabezas defendiendo a pandilleros argumentando que no querían delinquir. Todo dentro de un mismo concepto: ausencia de razonamiento.
Por ejemplo, las menciones en redes sociales que “anticipa” un expresidente de su mismo grupo, que a Salcedo lo obligarán a involucrarlo, casi como las advertencias a algunos que se fugaron antes del caso metástasis, nos muestran con claridad la mentalidad de posibles culpables que pretenden ser “conocedores” de lo que va a suceder, en el un caso favoreciendo la fuga de implicados, y en el otro, tratando de ponerse a buen recaudo: otra muestra de carencia de razonamiento.
Don Virgilio, de lo que se vio en las noticias, Daniel Salcedo nunca dijo que lo conocía a usted, dijo que Jorge Glas mencionó que un tal Virgilio ya estaba gestionando el tema de él. Su reacción más bien orienta a la opinión a que algo de lo que dijo el señor Glas es verdad.
Me parece que el grupo político al que usted pertenece se ha empeñado en reunir a todos aquellos que por su condición intelectual son presa fácil del fanatismo, y esa condición es, indefectiblemente, la poca o nula capacidad de razonar.
José M. Jalil Haas